Actualmente también es posible almacenar estos enlaces a través de servicios online gratuitos, que suelen permitir la utilización tags o etiquetas para clasificar los enlaces que guardamos.
Las organizaciones sociales pueden utilizar esta herramienta con varios fines:
- Crear directorios de enlaces interesantes para el público que puedan ser actualizados y clasificados fácilmente. Por ejemplo, podemos crear un directorio de blogs de contenido social, clasificados por temática, tipo de autor/a o localización desde la que se publican.
- Crear en la organización una red de favoritos interna en la que el personal comparta y se recomiende entre sí enlaces interesantes relacionados con su trabajo.
- Es posible consultar nuestras páginas favoritos desde cualquier ordenador con conexión a Internet.
- Es posible gestionar un número mayor de enlaces que con el sistema de favoritos del navegador.
- Es mucho más fácil compartir con otras personas cuáles son nuestras páginas favoritas y, de igual manera, conocer qué páginas consideran interesantes otros/as internautas.
Una marcha atrás con este sistema basado en etiquetas es que no hay normas establecidas para las palabras clave, términos controlados y el vocabulario utilizado. Esto puede crear un problema, especialmente desde que el sistema basado en etiquetas se basa en las personas, y no en un programa creado en la Internet. Esto significa que este tipo de sistema no es perfecto en términos de organización de sus marcadores diferentes, ya que el pueblo es la vez la organización de las etiquetas, creando así una norma incoherente y sistema de gestión de etiquetas. Las personas que crean las etiquetas sólo crear de acuerdo a su propia voluntad, creando confusión con los otros usuarios que dependen de las etiquetas para encontrar lo que está buscando en estos sitios web de bookmarking social.
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